El prolapso de vejiga, denominado también como “cistocele”, es ocasionado cuando los tejidos que se encargan de sostener la vejiga y las paredes de la vagina se debilitan. En consecuencia, se produce un estiramiento y este órgano en forma de bolsa sobresale.
Aflojar los músculos encargados de sostener los órganos pélvicos aumenta las probabilidades de ocasionar un prolapso anterior. Es una distensión que se ocasiona por estreñimientos crónicos, debido al parto vaginal, realizar mucho esfuerzo físico al levantar objetos e incluso a causa de una tos muy fuerte.
El cistocele también provoca ciertas dificultades cuando la mujer alcanza la menopausia, etapa donde se reducen considerablemente los niveles de estrógeno en las pacientes.
Cuando la mujer tiene prolapso anterior, ya sea moderado o leve, generalmente el tratamiento que no requiere alguna intervención quirúrgica resulta muy efectivo.
Cuando el prolapso de vejiga es grave será necesaria la visita al quirófano, porque es la única forma de corregir la posición de la vejiga caída y demás órganos pélvicos.
¿Cómo se genera el prolapso de la vejiga?

La vejiga caída es producto de la endeblez de la pared que la divide de la vagina. Normalmente esto se produce en el momento del parto o después de él, sobre todo cuando es un parto complicado, y que es necesario el empleo de instrumentación.
Esto mayormente ocurre cuando es un parto múltiple, o cuando los bebés tienen un gran tamaño. La tensión masiva al pujar, y todo el trabajo que requiere el parto, ocasiona que los músculos pélvicos se debiliten.
Igualmente, las hormonas sexuales femeninas, como los estrógenos, son las encargadas en mantener la musculatura pélvica en un estado óptimo y adecuado. De modo que le permitirá sostener todos los órganos en las posiciones correspondientes.
Cuando una mujer llega a la menopausia se reduce la secreción de estas hormonas, provocando que los músculos se debiliten. Esto aumenta la posibilidad de padecer un prolapso de vejiga.
Otra de las formas en las que se genera un cistocele es cuando una mujer carga continuamente mucho peso. Lo que aumenta la presión en la zona pélvica durante la acción.
Principales síntomas del prolapso de vejiga
Cuando se presentan los casos de prolapso anterior, es común que la mujer no note los síntomas al instante. Sin embargo, al agravarse es imprescindible prestar atención a los signos más comunes:
- Presión en el área pélvica y vaginal. Se incrementa la sensación de pesadez en la paciente.
- Molestia al realizar alguna actividad física que implique levantar objetos del suelo o ejercer fuerza, toser, reír o causar algún tipo de tensión.
- Sensación de tener ganas de orinar, aun cuando anteriormente la paciente ha ido al baño.
- Infecciones de la orina de forma reiterada.
- Incontinencia urinaria o dolor constante durante los actos coitales.
- Protuberancias que se caracterizan por sobresalir de la abertura vaginal, esto ocurre cuando el caso de prolapso es grave.
- También ocasiona dificultad para defecar debido a la compresión del recto.
El cistocele se clasifica según el nivel que tenga la vejiga caída, encontramos:
- Grado I. Es el más leve, la vejiga caída tiene un escaso descenso en cuanto a la posición anatómica normal.
- Grado II. Este es un nivel moderado, la vejiga se sitúa en la abertura de la cavidad de la vaginal.
- Grado III. El más grave, en este caso la vejiga sobresale de la vagina hacia el exterior.
¿En qué consiste el diagnóstico?
El diagnóstico principalmente se basa en los síntomas que el paciente explique en la primera consulta de emergencia. Bien sea incontinencia urinaria, micción, sensación de pesadez en la zona pélvica y dolor continuo durante las relaciones sexuales.
En la consulta con el ginecólogo se realizará una exploración completa del área genital, a través del tacto vaginal y de un eco. Si el cistocele es grave, se podrá observar una protuberancia e incluso parte de la vejiga caída en el exterior del cuerpo.
Para estas evaluaciones, se solicitará la paciente que haga un poco de presión abdominal. De esta forma el médico confirmará si existe incontinencia urinaria. También se realizará un eco para conocer la ubicación y posición de la vejiga.
También será necesaria una cistografía. Esto permitirá ver el mecanismo de vaciado que tiene la vejiga a través de unas radiografías, mientras la paciente está orinando.
Algunos riesgos del prolapso de vejiga
Existen ciertos factores que incrementan el riesgo a sufrir de un prolapso de vejiga, entre ellos están:
- El parto vaginal, debido a que implica mucha fuerza y presión.
- Al llegar a la menopausia las mujeres disminuyen el estrógeno, la hormona que permite fortalecer los músculos pélvicos.
- La histerectomía puede contribuir con la afectación del suelo pélvico al extraer el útero.
- Por cuestiones genéticas, cuando nacen con tejidos débiles producto de una herencia, haciéndolas más vulnerables al cistocele.